La fundadora

La historia de Montse Lluch, nacida en Barcelona y residente en Sant Martí Sarroca (un bonito pueblo del Penedés rodeado de viñedos) está llena de superación y aprendizaje, de un proceso de autoconocimiento profundo para afrontar una enfermedad con la que debe convivir: el cáncer de mama metastásico.

Tras el diagnóstico, vino un período oscuro, de lucha constante para remar contracorriente, no sólo para superar los primeros golpes duros, sino también de adaptación a la nueva situación. Cuando tienes un cáncer, cambias tú, pero también cambian las personas que te rodean, en el sentido de que las relaciones que tienes con ellas pasan a ser otras.

El tema de conversación suele empezar siempre con un «¿cómo estás?» precedido por un «¿que no te encuentras bien?» o un «¿no comes?» y todo el mundo quiere una respuesta.

Pero tú no la tienes, así que acabas entrando en un diálogo inútil, ya que te encuentras inmersa en una espiral de confusión de la que no sabes cuándo ni cómo podrás salir.

Hasta que llega un día en que decides poner punto y aparte, necesita coger perspectiva y coger de nuevo el timón de tu vida, una vida que ya no tiene nada que ver con todo lo que habías imaginado, pero que es la tuya. Y quieres que siga siendo así: TUYA.